viernes, 2 de diciembre de 2011

gata rica, gato pobre

Estoy acostumbrado, imagino que como todos, a vivr rodeado de diferencias que nos van separando, clasificando y agrupando, aunque nunca he comprendido muy bien el fín. Supongo que para llevar mejor nuestro control, como todos lo hacemos en nuestra vida cotidiana, con objetos, papeles... y personas. Si, en realidad nosotros no somos diferentes al sistema, somos parte, intencionada o no, del sistema.
Pero, y los animales?


Tarifa y Jeremiah, dos gatos de la calle, con apariencia de tener la misma edad, llegados a mi casa el mismo día, se comportaban entre ellos como lo que eran, dos gatos pequeños con ganas de jugar y estar juntos, pero la gata se sintió desde el primer día parte de la familia y el gato seguía en su soledad e independencia.
Que los hacía diferentes?



La gata... aventurera, atrevida, temeraria, se fué adueñando de los espacios y de nuestro cariño. Ella sola
se había instalado en lo que para un gato sería una "buena posición", hasta tal punto que, como buena gata pija, empezó a tomar clases de piano.

Por el contrario, el gato prefirió conservar su libertad, tal vez por miedo, por prudencia o por timidez. Seguía observando en la distancia, y yo, respetando esa distancia, también le observaba a él. Algún misterioso lazo de identificación se iba tejiendo entre nosotros.
La diferencia entre los dos gatos, que solo podía deberse a un aprendizaje genético, iba a ser determinante para el futuro que les esperaba.



2 comentarios:

  1. No tengo palabras para describir lo que he "sentido" al leere tu post...una gata que se cruzó en nuestro camino...nos ha cambiado nuestras vidas hace dos años...muchas gracias poe este post Leo.

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  2. una pagina web hermosa!!! algunas veces el espiritu de estos seres vivos etan llenos de magnetismo... he de confesarte que a mi no me gustaban los gatos; más hace unos meses me regalaron al que hoy por lleva por nombre lauro... es un gato precioso que me ha robado el corazón siempre que esta cerca de mi me ronronea y de chiquito buscaba chupar mi cuello cómo si fuera una mamila de leche.. Sus latidos del corazón me tranquilizan mi emoción...

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